La izquierda latinoamericana tiene un tránsito común en su llegada al poder, promesa de igualdad, pago de deudas ancestrales y reivindicación de los “nadies”, mundo ideal que paso a paso se transforma en opresión y restricción de las libertades. La ideología de progreso socialista tiene sus claros ejemplos de extremo en Cuba, Venezuela, y Nicaragua, golpe menos certero en Argentina, e imposición de fracaso en Chile y Perú, entorno latinoamericano que muchos se niegan a reconocer y tiene su tránsito acelerado en Colombia con la apuesta del Pacto Histórico en cabeza de Gustavo Francisco Petro Urrego. Salidas en falso, que develan al mundo el verdadero propósito del Sensei de los humanos, llama a que los colombianos a pongan los pies en la tierra y fijen límites de acción a una propuesta de cambio que propicia el caos perfecto para conducir a una revolución que podría terminar en una temible dictadura, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en AlPoniente.com que esta semana tituló «Progresismo socialista» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio nuevo paso en falso de Gustavo Francisco Petro Urrego, en las redes sociales, hizo explícito el camino que busca seguir e implantar la izquierda en Colombia. Defensa a ultranza que se hace de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina, y Rusia es la materialización de una convicción política que pone en jaque la democracia del país. Enconadas discusiones de los extremos ideológicos, frente al castrochavismo extrapolado a Colombia por la propuesta política del Pacto Histórico, toman hoy mayor relevancia cuando pensamientos, hechos y acciones de su mandatario conducen a cavilar que, a fuego lento, en la nación se está cocinando el camino para llegar a una dictadura comunista. Peligroso coctel de odio, resentimiento, ataques y división que se gesta, desde que la izquierda se alzó con la victoria en las urnas, es el detonante de intolerancia que se teje contra todo aquel que piensa diferente a ellos y no se deja adoctrinar.

A los ojos de la opinión pública quedó claro que Gustavo Francisco Petro Urrego tiene como propósito emular lo realizado por tenebrosos dictadores socialistas como Lósif Stalin o Fidel Castro. Idealización de criminales natos, psicópatas que se cubrieron de retórica de buenas intenciones y fueron emulados por dictaduras, con anuencia popular, como la de Hugo Chávez Frías en Venezuela o José Daniel Ortega Saavedra en Nicaragua. Séquito de incautos, sectores populares, que elevan a la categoría de brillante a su presidente difícilmente comprenden lo que se gesta detrás de la política progresista de la izquierda.

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