Finaliza un año de múltiples acontecimientos que marcarán el rumbo y fijarán la agenda política, económica y social en la convulsionada década que empieza. La indiferencia estatal o el minimizar los hechos más que un acto de mezquindad e incompetencia atiza los ánimos polarizadores, de corrientes ideológicas, coyuntura que pide seriedad, serenidad y actitud del ejecutivo, pero a su vez la voluntad popular para aceptar una forma diferente de concebir el mundo y contribuir al desarrollo del país, es lo que afirma el Director del Departamento de Comunicación Social y Cinematografía de Utadeo, Andrés Barrios Rubio, en la columna de Pulzo.com titulada «Las tareas pendientes de Iván Duque Márquez y su equipo para 2020» y que usted amplía en el Podcast «Panorama Digital»
Para el PhD. Barrios Rubio se requieren recursos necesarios para atender el déficit que dejó el gobierno Santos que apostó todo por la Paz, y propició múltiples erogaciones que hoy deben ser atendidas en detrimento de algunos sectores. Colombia no puede seguir asumiendo el impacto de la migración venezolana indiscriminada –1.630.603 personas–, lejos de cualquier ideario de xenofobia, hay que prestar atención a los 911.714 sujetos que han llegado al territorio nacional sin los requerimientos legales.
La seguridad prende alarmas que hace muchos años no se tenían, existe un desagrado creciente por los grupos al margen de la ley que convergen en el lucrante negocio del narcotráfico, el secuestro y la extorsión; régimen del miedo y el terror sustentado en un brazo armado que realiza ataques indiscriminados y se apodera de zonas de la geografía colombiana. Escuchar la protesta social es el camino para emprender el cambio que claman los manifestantes, la historia social de la nación delinea un desgaste de la clase política tradicional y la necesidad imperiosa del surgimiento de nuevos líderes que se conecten con la equidad y las necesidades de una población interconectada con lo local y lo global.