La reapertura gradual en Colombia no solo ha mostrado una reactivación paulatina del comercio sino la indisciplina generalizada de la población que no acata normas e instrucciones que propenden por su cuidado particular y el de los demás, incremento constante de contagiados, decesos que ya reportan cifras importantes que encienden las alarmas y el flujo de pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos llaman a poner mucha atención en la forma en que el colectivo social retorna a la cotidianidad. Las normas gubernamentales antes que brindar un espacio de tranquilidad generan incertidumbre y establecen el caos, clara conexidad de presiones de terceros e inexperiencia ejecutiva de Iván Duque Márquez son la reactivación de centros comerciales y estamentos que por lo menos en ciudades como Bogotá deberían esperar un poco más, es lo que afirma el periodista y coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de Pulzo.com que esta semana tituló «Zona de Candela» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio estamos al frente de un momento en donde aflora el egoísmo, espacio de tiempo donde prima el bien particular sobre el interés general, complejo escenario en el que cada uno impone su parecer y no hay unificación de criterios. Gran culpable de ello es del propio gobierno que conforme a las particularidades del momento cambia de pareceres, interpretaciones y formas de actuar frente al virus. Este no es momento de polarizaciones, el descontento social que ya afrontaba el gobierno antes de la pandemia se había estabilizado, pero la falta de carácter y el no pensar en cómo apaciguar las afujías que trajo consigo el Covid-19 acrecienta y atiza una bomba de tiempo que está a punto de estallar y salir a las calles para desahogar ese nudo que está retenido en la garganta.

En este momento el objetivo es proteger los empleos de miles de colombianos, ya las cifras del DANE preocupan y no se puede dejar desbordar el tema porque las consecuencias serán peores más adelante; afán latente de gremios y grupos económicos por retomar la normalidad, lejos de comentarios venenosos, genera más incertidumbres y preocupaciones que seguridad sobre el éxito al abrir centros comerciales y sus almacenes; prepotencia que, por momentos colinda con la mezquindad, trae a la memoria un postulado del presidente norteamericano, Donald Trump, que se ajusta a la presión indiscriminada que ahora ejercen los empresarios sobre Iván Duque Márquez: “que mueran los que tengan que morir sin causar además una hecatombe económica”. Laxitud de políticas públicas que debe estar acompañada de estrategias coherentes y reales que atiendan la crisis financiera de los hogares y las prioridades en el gasto.

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