Una característica clave de una cumbre como la COP16, que se está celebrando actualmente en Cali, es la presencia de incoherencias. A pesar de los compromisos de presentar planes de conservación actualizados en la cumbre, menos del 20% de los países lo hicieron. A pesar de la retórica, hay una falta de sustancia en los compromisos climáticos que están sobre la mesa. Es imperativo que se pongan en marcha planes tangibles y compromisos verificables con el medio ambiente. Mientras Gustavo Francisco Petro Urrego habla de biodiversidad y medio ambiente, en las carreteras nacionales reina el caos debido al paro campesino. Esto es consecuencia del incumplimiento del Gobierno de los compromisos adquiridos con ellos en 2023. Es crucial detener la situación actual, que está causando confusión e incomprensión. El mundo debe ser consciente de que la humanidad está en peligro por culpa de individuos que, aunque se presentan como ecologistas, no aplican las políticas que defienden. Es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en AlPoniente.com que esta semana tituló «Narrativa ecologista» y amplía en el Podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio la tan esperada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, «COP16», comenzó en Cali. Aunque la ciudad es experta en albergar eventos internacionales, hay un preocupante escepticismo frente a los resultados tangibles que se tendrán en términos de protección medioambiental. El discurso de la biodiversidad es el foco de acción de una serie de individuos con afán de reconocimiento y protagonismo, que carecen de compromiso serio y de respeto por los demás. El enfoque de la izquierda política colombiana sobre la protección del medio ambiente y la biodiversidad no representa un elemento diferenciador clave en el contexto de una narrativa ecologista. La situación actual del país es el resultado de una corriente ideológica afectada por la corrupción y la violencia. Para desviar la atención de los acontecimientos actuales que afectan a la nación, se ha introducido un evento en Cali que es perfecto para la distracción.
La destrucción deliberada del medio ambiente es una estrategia política, sin escrúpulos y engañosa, que obstaculiza el desarrollo sostenible. Los cambios provocados por el progresismo socialista hacen que cada vez sea más difícil mantener la producción y el progreso. El contexto actual enrarece la creación de un entorno ambientalmente sostenible. En Colombia se está constituyendo una compleja espiral en la que la inseguridad, la desconfianza y la trampa son el motor de un gobierno que se presenta como víctima y se posiciona falsamente como el salvador del planeta y el que tiene la solución para resolver todos los problemas. Cada vez está más claro que la izquierda progresista colombiana se caracteriza por su tendencia a la charlatanería y la falsedad.