Las acciones del gobierno del cambio se caracterizan por la falta de transparencia y claridad. Si el objetivo es restringir las actividades del Icetex y al mismo tiempo ofrecer matrículas gratuitas en las universidades públicas, esto debería declararse abiertamente. Las medidas tomadas en contra de la educación privada y de las instituciones educativas en Colombia indican que el objetivo primordial del gobierno del cambio es eliminar la oportunidad de estudio del colectivo social. El desconocimiento y la mala gestión que caracterizan al progresismo socialista hacen evidente que la izquierda desprecia a los estudiantes financiados por esta entidad y les guarda rencor por haber elegido estudiar en una universidad privada. Peligroso resulta que tome carrera en el país una ideología que es altamente tóxica y paso a paso está acabando con todo lo que funcionó por años. Es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en AlPoniente.com que esta semana tituló «Ahora, la educación en la mira…» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio el nuevo objetivo del gobierno de la ignorancia es la educación. Su decisión de arremeter directamente contra el Icetex y las universidades privadas ha despertado inquietud por las implicaciones que esto trae para el futuro. El nombramiento de José Daniel Rojas, que carece de cualquier competencia necesaria para el cargo, como Ministro de Educación indica que el objetivo de Gustavo Francisco Petro Urrego es desmantelar gradualmente el sistema existente para crear el caos. El malestar potencial entre más de doscientos mil colombianos afectados con la crisis podría tener un impacto significativo en las elecciones de 2026. La intención de eliminar todos los sistemas eficaces ha llevado a la izquierda a dirigir su atención a la educación privada colombiana. Esto se está haciendo limitando la disponibilidad de créditos, lo que restringirá el acceso a las universidades de los jóvenes de estratos socioeconómicos más bajos.

La justificación que da el gobierno a sus acciones y reformas es cada vez más insostenible. La búsqueda de políticas progresistas es una estrategia riesgosa, con el potencial de costos significativos para el país. La decisión de apuntar al Icetex como la próxima institución a destruir demuestra que el pacto histórico por Colombia confía ahora en la educación como fuente de beneficios personales para el ejecutivo, con la intención de utilizar las instituciones asociadas para crear una bolsa de empleo que sirva a los intereses y ambiciones de los amigos y compinches de su presidente. La última maniobra de Gustavo Francisco Petro Urrego es vista como un nuevo engaño a los estudiantes y jóvenes que aspiran a convertirse en profesionales. Esto plantea la pregunta de qué está pensando el movimiento estudiantil, que desempeñó un papel importante en la elección de su mandatario. La situación actual del sector educativo público y privado en Colombia representa un reto importante que requiere atención inmediata.

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