Tensas relaciones que se sienten en el ambiente internacional ponen en entredicho la idoneidad diplomática de Gustavo Francisco Petro Urrego y su gobierno. Salidas en falso a través de la red social X (Twitter) son el reflejo de la prepotencia y egolatría que acompaña a su mandatario. Consecuencias que ya se traslucen, en la espiral bilateral que se tejió entre Israel y Colombia, ponen en jaque la seguridad de la nación suramericana y la posición estratégica de la izquierda en la negociación con los grupos al margen de la ley. Crisis política, económica y social que acompaña el gobierno del cambio se puede agudizar al quedarse aislado y solamente secundado por quienes hacen parte del eje del mal y apuestan por la implantación de un socialismo comunista que nada bueno trae para los ciudadanos, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en AlPoniente.com que esta semana tituló «Diplomacia al cesto» y que amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio la prudencia, que hace verdaderos sabios, no es propiamente una de las virtudes que acompaña a Gustavo Francisco Petro Urrego en el ejercicio del poder. Las relaciones diplomáticas arden no solo por lo que se dice, en X (Twitter), sino por el tono que se emplea, ajustado a la calentura del momento de su presidente. Alusiones, venenosas e irresponsables, que se han realizado frente al conflicto de Israel y Hamás son las que hacen tensas las relaciones internacionales del país. Desconocimiento histórico, ignorancia que es atrevida, sumado a la ausencia de moral es lo que impide que el estado colombiano, pasados los días, condene el ataque terrorista de la organización, política y paramilitar, palestina o se pronuncie ante el asesinato de dos connacionales que, indefensos y alejados de la confrontación, asistían a un concierto.

Mal le queda a Gustavo Francisco Petro Urrego, y por ende a Colombia, constituirse en encubridor de terroristas asesinos, ser el eje coyuntural, y la caja de resonancia a los ojos del mundo, de regímenes como el ruso o el iraní. Obsesión que debela su mandatario con Hitler, los nazis, los judíos, el Holocausto, es la materialización del delirio que acompaña la mente de quien, como comandante guerrillero, fuera autor intelectual de múltiples atrocidades perpetradas por el M-19. ¡El respeto no se exige, se gana! A los ojos del mundo su presidente recibe lo que cosecha pasando las barreras del irrespeto. Egolatría de Gustavo Francisco Petro Urrego se constituye en el estandarte de la patanería insensata de la presidencia colombiana contra los estados del mundo, naciones que en nada se encuentran alineadas con el progresismo socialista que propone el comunismo.

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