El pueblo se pronunció en las urnas, resultado claro y contundente que la miopía de la izquierda colombiana proclama como un gran triunfo, si bien obtuvieron más de 8 millones y medio de votos no pueden desconocer que por encima de 12 millones de colombianos declararon su oposición a la propuesta mezquina del Pacto Histórico en el territorio colombiano. Destilar odio es lo que viene de cara a la segunda vuelta presidencial, ya se ve cómo maltratan al ingeniero Rodolfo Hernández que ven como la amenaza latente para hacerse al poder. Lo que tanto trasegaron en los últimos cuatro años solo les sirvió para recolectar 500 mil votos, techo en la votación que difícilmente lograrán derrotar y les permitirá llegar a ese millón y medio de votos que buscan captar de la opción de la derecha colombiana, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «Cambio se trabó en primera, pero…» y amplía en el podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio atrás quedó la primera vuelta electoral y el significado que de ella se desprende, repelencia a la opción de izquierda debe ser ratificada con el voto este 19 de junio. Campanas al vuelo que se escuchaban en las toldas del Pacto Histórico antes de los comicios, victoria contundente que aseguraban en la primera cita electoral, se convirtió en decepción y la mayor evidencia de que lejos están de superar el 50% de los votos; Colombia no traga sapos enteros y distante se encuentra de creer, del todo, el cuento mitómano del Sensei de los humanos. En la puerta del horno parece se le quemó el pan a una corriente plagada de incoherencias y que sustenta el cambio conexo a nombres bien cuestionados de la política tradicional y que transitan entre movimientos, cada cuatro años, sin el menor sonrojo y apostando por mantener la teta estatal.
Estruendosos escándalos de la recta final de la campaña asociados al perdón social propuesto en las cárceles, los dólares incautados en el aeropuerto de Honduras, el odio y rencor destilado en cada discurso, entre otros factores, fueron el detonante para que se desinflara el globo y cayera rápidamente dejando quemaduras que difícilmente se podrán superar antes de este 19 de junio. Discurso de la victoria, en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, pronunciado por Gustavo Francisco Petro Urrego dejó entrever que la izquierda se sabe derrotada y que su peor problema es que no tienen cómo armar un discurso diferente al anti-uribismo que se quedó fuera de competencia con el triunfo de Rodolfo Hernández Suárez.