La memoria no tiene tanto que ver con el pasado, sino con lo presente, es una lucha política, la única manera de redimir a quienes no están para contar su historia en pro de buscar justicia. Informe de la Comisión de la Verdad generó múltiples reacciones en el entorno social colombiano, polarización que vive el país no admite una versión parcializada que se quiere propagar como verdad absoluta y desconoce al 99.9% de las víctimas de las FARC. Ideología de izquierda que defiende las atrocidades perpetradas por los ahora conocidos como comunes, y los actores al margen de la ley, quiere empañar la labor de defensa ejercida por las fuerzas del orden para proteger a la población colombiana, atrocidad que se acrecienta al rebasar la esencia de este ente, constituido en virtud del acuerdo de La Habana, al proponer reformas a la Policía, y no tuvo en cuenta a las víctimas del ataque a Mitú y muchos otros ataques terroristas, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «¡Verdad! ¿Para quién?» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio la construcción de la verdad no se puede asumir como absoluta, complejo resulta circunscribir la historia de un conflicto desde una sola versión con mirada ideológica. Informe de 514 páginas de la Comisión de la Verdad, conocido esta semana, ha generado múltiples reacciones en el marco de un país polarizado y con posiciones radicales frente a la confrontación armada más antigua del continente. Guerra asimétrica que se ha materializado en Colombia, desde la década del 60, tiene muchas aristas y heridas sensibles que serán difíciles de sanar mientras persista la postura permisiva con la guerrilla por parte de un sector ideológico de la nación.

Noción de realidad que se quiere imponer, por parte de los victimarios y la izquierda colombiana, invisibiliza a miles de personas que fueron víctimas reales de la barbaries cometidas por la guerrilla de las FARC, el ELN, los paramilitares, y demás grupos al margen de la ley, y que no se ven reflejados a lo largo de ese texto que dice plasmar las historias que se daban cuando los pájaros no cantaban. Verdad fragmentada será el estandarte de una estrategia de impunidad frente a crímenes de lesa humanidad que se minimizan después de la firma del proceso de paz de La Habana. Desconfianza frente al futuro que se teje, con la izquierda al frente de las tres ramas del poder, exalta la ausencia de reflexión y cuestionamiento que propaga un fanatismo que conduce a un escenario de estancamiento, político y social, que agudiza la guerra que tanto se ha padecido en diversos rincones de la geografía nacional.

Lea la columna completa acá.

WhatsApp Chat WhatsApp