Arena política colombiana se calienta con el inicio de las campañas para las elecciones locales que tendrán lugar en el mes de octubre, divergencias entre izquierda, centro y derecha, marcan el derrotero de discursos y propuestas por lo que será la agenda política de los próximos años. Bogotá, Medellín y Cali, que ahora son manejadas por la izquierda, serán el termómetro del costo político que traerá el primer año de gobierno de Gustavo Francisco Petro Urrego y los escándalos que lo han acompañado. Escaso margen de acción que tiene el Pacto Histórico y su propuesta de cambio atomiza el ambiente que ya pide un giro de 180º para salvar la democracia y la institucionalidad que por tanto tiempo ha acompañado a los colombianos, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de AlPoniente.com que esta semana tituló «El poder local» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio inició la carrera por el poder local, confrontación de posturas ideológicas que aviva los ánimos frente a un cambio y lo que delinea para el futuro próximo de la nación. Tensión política, que se respira en Colombia, invita a poner los pies en la tierra y tomar consciencia de lo que está en juego en los comicios locales del 29 de octubre. Esfuerzo de la izquierda por negar lo evidente toma carrera para justificar los comportamientos indelicados que se han evidenciado en los últimos días, tozudo proceder que invoca líneas éticas a las que jamás se aproximarán los militantes del Pacto Histórico y sus partidos aliados. Elegir bien, en octubre, es fundamental para salir del caos que se plantea desde el gobierno central, Colombia requiere que desde las bases del poder local se enrute el empleo, la educación y se estructuren las líneas de acción para combatir la inseguridad, la violencia y el narcotráfico que se asienta en las zonas rurales del país.

El amor de patria está resquebrajado y resentido con la inviabilidad política, económica y social que se trasluce en una apuesta de cambio que se diluye en la corrupción clientelista, y distante está de la honestidad, el espíritu de transformación y la justicia para el pueblo más humilde. Multiplicidad de candidatos, de todos los partidos y corrientes ideológicas, que se inscribieron para ser elegidos gobernadores o diputados en los 32 departamentos, sumados a quienes aspiran a las alcaldías, consejos y juntas administradoras locales en los 1.101 municipios, son el reflejo de una casta política tradicional que comparte el propósito de mantener, fortalecer sus privilegios, y no debería ser elegida.

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