Lo que ocurrió en las tribunas del Distrital Nemesio Camacho El Campín de Bogotá no es más que el reflejo de la descomposición social al interior del colectivo colombiano, lo que ya se vio en medio del paro, protestas, violencia, mezquindad, se trasladó a las graderías de un estadio. El escenario, propio del fútbol en Colombia, fue manchado por el comportamiento de unos vándalos, bárbaros, que atacaron niños, familias, y demostraron que hay una bomba de tiempo al interior de lo que es el balompié nacional. Esa mirada por encima del hombro de directivos, Federación, Dimayor y el propio Gobierno a lo que viene ocurriendo desde hace muchos años en el fútbol del país está detonando en lo que muchos esperaban, en las barras bravas. Es momento de hacer un alto, de tomar sanciones ejemplares, y poner en orden lo que debe ocurrir en el mejor espectáculo del mundo; es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de Pulzo.com que esta semana tituló «Tarjeta roja en la tribuna» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio, agresión, grosería, pelea, gritos e insultos son el horrible reflejo de sociedad que se vio en la protesta social y se materializó en las tribunas del Estadio El Campín en Bogotá. Imágenes que se presenciaron en el máximo escenario deportivo de los capitalinos, y se vieron a través de los medios de comunicación y las plataformas sociales, solo lleva a pensar que un foco del colectivo colombiano está vacío, carece de todo tipo de concepción como seres humanos. Sujetos, sin dos dedos de frente, que tienen como único propósito destruir, se apodera de Bogotá, núcleo poblacional que se estigmatiza solo y debería ser aislado para entrar en una terapia de choque que los eduque y enseñe ser parte de una cultura.

Violentos, desadaptados, son los que están desarmonizando Colombia ante la indiferencia de quienes apuestan por naturalizar el vandalismo, la inseguridad, el desorden, la invasión del espacio público, el caos y la decadencia, que ahora reina, ante la falta de autoridad y el desgobierno que crece a pasos agigantados desde el Palacio de Liévano. Flaco favor hizo al orden social el Puesto de Mando Unificado, PMU, al no ordenar la suspensión inmediata del partido y propiciar la evacuación de los hinchas ante los hechos supremamente graves que acontecieron en el Estadio Nemesio Camacho El Campín. Secretaría de Gobierno de Bogotá, e incluso la Policía Distrital, careció de carácter para afrontar y frenar el ímpetu desbordado de una juventud que se siente sin esperanza, futuro, educación, vida digna, y quiere acabar el mundo porque no tiene nada que perder.

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