Dólar por las nubes, mezquindad en cada acto de gobierno, conexidad con el mal, el pésimo comportamiento de la primera línea es ponderado por algunos actores de la izquierda colombiana. Amenazas a los agentes de la justicia, caos total es el que circunda en el ambiente nacional y denota que solo tres meses fueron necesarios y suficientes para demostrar la crisis que traía la izquierda consigo al país. Se está al frente de un entorno preocupante que llama a cuestionar cada acto, cada acción, que se viene dando al interior del gobierno de su presidente, Gustavo Francisco Petro Urrego. Pésimos nombramientos ahuyentan el capital extranjero y suman un profundo aprieto que va a tener un detonante bien complicado para la sociedad y va a repercutir en las clases menos favorecidas. Vivir sabrosito va a ser una utopía que va a costar muy caro a quienes fueron engañados y llevados a las urnas, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «Como el cangrejo» y amplía en el podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio contracción económica y social de Colombia es la explícita consecuencia de estar gobernada por su presidente, personaje incapaz de conectar la mente con la lengua. Elección de Gustavo Francisco Petro Urrego trajo consigo inseguridad y zozobra en el colectivo social, temor no infundado que se ha ido ratificando en cada nombramiento, paso y acción que devela con certeza que la izquierda no construye, sino que solo destruye. Al frente del gobierno está un Pacto Histórico de políticos que tenían la solución para los problemas del país, y ahora que están en el poder no saben ni dónde están parados. Complejo ha resultado, para la nación, asumir lo que trajo al futuro colombiano una administración que desde el día uno se ha dedicado a mandar un mensaje de inestabilidad e incertidumbre económica en el corto, mediano y largo plazo.
Si bien hay factores internacionales en el fenómeno de devaluación, y las consecuencias financieras que ello acarrea, no es menos cierto que el 80% de condicionantes de la crisis es atribuible a su mandatario y el equipo ministerial, agentes gestores que no se ponen serios y empiezan a trabajar, pues aún no comprenden que a punta de palabrería barata no es que se gobierna. Pasan los días y Colombia se defrauda del cambio prometido, quien como legislador y candidato era el primero en criticar, hoy, como su presidente, parece estar encartado con el poder, le hace falta nombramientos en puestos estratégicos, carece de asesores competentes y se le caen proyectos de ley por falta de votos.