Quienes pretenden llevar a los países a períodos de penuria económica y polarización ideológica pueden perpetuar inadvertidamente los sentimientos de tristeza y angustia entre sus poblaciones. Gustavo Francisco Petro Urrego ha sido, sigue siendo y probablemente seguirá siendo un importante desafío para el proceso democrático en Colombia. Su reticencia a ceder en materia de política energética, vinculada al futuro desarrollo económico del país, ha contribuido a crear un clima de temor ante la perspectiva de un cambio. Es vital que la libertad y el respeto por la diferencia prevalezcan en el territorio colombiano, pero la pasión de los frentes y las masas enceguecidas está llevando a la formación de cofradías en las que la inercia acomoda el statu quo del conformismo con el estado de opiniones inaceptables, infundadas y la aceptación del desorden establecido por lo que se conoce como la alianza para el Pacto Histórico. El imaginario utópico proyecta un futuro contingentemente plagado de incertidumbre, multiplicidad, contradicción, improvisación y probabilidad. Es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinion en AlPoniente.com que esta semana tituló «Enemigo interno» y amplía en el Podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio hechos de los últimos días ratifican una vez más que el peor enemigo del progresismo y la propuesta de cambio en Colombia es el propio Gustavo Francisco Petro Urrego y sus alfiles aduladores. Garrafal error público del Consejo de ministros será el tiro en el pie que dará un punto de quiebre a la izquierda y sus aspiraciones en el poder. Difícil será camino a las elecciones de 2026 tapar el fracaso en gestión, reconocido por él mismo, y la incompetencia administrativa de su presidente. Los hechos ocurridos, incluyendo el fuego en la mesa del Consejo ministerial, las dimisiones y las posteriores renuncias protocolarias, demuestran la desesperación de su mandatario por implementar sus alucinantes propuestas, a pesar de los diversos obstáculos. Los delirios de persecución que hacen ver oponentes dentro del gobierno han puesto en evidencia divisiones que van más allá de la burocracia y de las reglas y creencias establecidas en el proceso democrático colombiano.

La aversión, expresada desde la izquierda, contra personas e instituciones, es una sutil indicación desde la oficina presidencial de que la constitución y las reglas actuales son problemáticas. El reto para su dignatario es que su gobierno está plagado de enemigos declarados, enemigos camuflados y quienes pretenden ser amigos, una esfera de mentiras llena de argumentos para defender su propia conveniencia. La reciente maniobra política del gobierno ha sido recibida con escrutinio, lo que ha generado críticas de diversos sectores en Colombia. La inclusión de Armando Alberto Benedetti Villaneda y Laura Camila Sarabia Torres ha puesto de manifiesto el descontento entre los progresistas por la incoherencia entre los objetivos declarados de la propuesta de izquierda y sus acciones, que parecen contradecirse ante los ojos de la opinión pública.

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