Agitado ha estado el ambiento político y social de los colombianos con la mezquindad de los ex militantes de las Farc y la complicidad del gobierno mexicano con el caso de Rodrigo Granda, nueva evidencia de la impunidad que reina en el imperfecto acuerdo de La Habana que fue impuesto pese al No que se manifestó en el Plebiscito de 2016. Inoperancia de la JEP para aplicar justicia y reparación afloró con la circular roja que impulsó Paraguay y deja más dudas y preguntas que certezas frente a lo que seguirá siendo la rendición de cuentas de los ex-líderes del grupo guerrillero, pequeño les quedó el mundo y quieren ajustar la justicia al complaciente trato que tienen en Colombia. Llego el momento de dejar de lado el temor de hacer trizas el acuerdo de paz y poner en discusión modificaciones al estamento jurídico que se encargará de hacer pagar por sus crímenes a quienes tanto daño hicieron al colectivo social, es lo que afirma el periodista-coaching-investigador digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión de Pulzo.com que ha titulado «Del pasado al presente» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

El PhD. Barrios Rubio se pregunta ¿Mito o realidad? Santificación que se ha hecho de los comunes en Colombia contrasta con las deudas pendientes que aún tienen con la justicia. Estigmatización de la que dicen ser víctimas los ex-FARC, que ahora fungen de comunes en la arena política nacional, cobró relevancia esta semana con el incidente de Rodrigo Granda en territorio mexicano. Lejos de una jugadita del gobierno colombiano, como irresponsablemente lo afirmó Carlos Lozada, en el ambiente quedó que circular roja impulsada por Paraguay es el justo proceder que debería operar contra quienes perpetraron atroces actos de terrorismo y crímenes de lesa humanidad que en el país se pretenden dejar en el olvido con el cuestionable actuar de la JEP.

Mitomanía y revictimización, que hicieron ver los firmantes del acuerdo de La Habana, no logra ocultar que existe una imputación por secuestro, asociación criminal y homicidio doloso conexo al caso de la hija del expresidente Raúl Cubas Grau, Cecilia Cubas Gusinky, por la que es requerido, el antiguo canciller de las FARC, por la justicia paraguaya. Nudo en la garganta que acompaña a tantos colombianos, con el imperfecto acuerdo de paz, exaltaron las manifestaciones de júbilo al sentir que aún existen naciones en las que no cala el comportamiento hipócrita de quienes con mezquindad quieren invisibilizar el mal que causaron por tantos años al país. Cinismo es el que acompaña a descarados personajes que lejos están de la honorabilidad que quieren representar, oscuros sujetos que desde su ideal revolucionario decían defender y proclamar los derechos humanos, pero el tiempo y los hechos develan que solo trascienden por su prontuario delictivo, los actos terroristas de los que se les sindica y el sinnúmero de delitos que están dejando sin justicia y reparación.

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