Complejo informe rindió la CIDH al territorio colombiano, lo que pasa al interior de la protesta no ha sido visto en la globalidad que se debería, ataques, barbarie, violencia, congregación, alistamiento y adoctrinamiento que se ve a diario en lo que ocurre en el foco de la mal llamada primera línea de la protesta está siendo desconocido a los ojos de la comunidad internacional. Si bien es cierto han existido desmanes por parte de la fuerza pública, no puede ser visto por encima del hombro lo que hacen las fuerzas militantes del paro en Colombia, elementos que llaman a poner los pies en la tierra, a entendernos como colombianos y dejar los sesgos ideológicos y políticos que están invadiendo el conflicto; es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «Derechos, libertad e igualdad» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio, el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos atizó la divergencia ideológica de los colombianos y evidencio el sesgo de organismos multilaterales. Informe de la CIDH raya el límite de lo absurdo, si bien no se esperaba un comité de aplausos con lo acontecido en Colombia desde el mes de abril, preocupa la resonancia de un pronunciamiento, politizado y protector, que se alinea con quienes abiertamente están en contra del sistema democrático. Invitación de los comisionados del ente internacional tristemente deja en el ambiente que los derechos humanos solo aplican para quienes violan la ley. Aceptar bloqueos, limitar al Esmad, elogiar el vandalismo y coartar la función policial es inaudito y deja claramente establecido que se está en el marco de una sociedad en la que quienes defienden el orden jurídico son acusados y estigmatizados.

Vías de hecho, violación a la libertad de movilidad, restricciones alimentarias, limitación al trabajo, barrera sanitaria y obstáculos a la educación fueron avalados bajo la intromisión y mirada complaciente del ente interamericano. Observaciones y recomendaciones del organismo rector, que dice defender los derechos humanos, es cuestionada al denotar la falta de imparcialidad en un documento que por ningún lado hace alusión al terrorismo urbano, la conformación de milicias o células ciudadanas, la decapitación de motociclistas, el asesinato preterintencional al atacar ambulancias e impedir el paso de enfermos, las bombas incendiarias y demás barbaridades vistas, en el marco de la protesta “pacífica”, por parte de la que se identifica como la primera línea y sus secuaces.

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