Actuar de las fuerzas políticas colombianas queda nuevamente en una posición incómoda con la carta que se ha conocido de Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela desde territorio norteamericano, acusaciones que se dieron en la Comisión de la Verdad, por parte de Andrés Pastrana, han quedado en entredicho con todo lo que se viene a conocer de aquello que ocurrió en el proceso 8.000 y en esas elecciones del año 94 donde quedó en el ambiente el tufillo de una derrota, de una no aceptación, por parte del candidato conservador. Ese accionar y conexidad del narcotráfico no solo con la política sino con el fútbol, los medios y con otros estamentos del eje democrático de los colombianos exige que hoy sean muchos más los llamados a la Comisión de la Verdad. La construcción, y reconstrucción, de lo que ocurrió en el país no debe estar únicamente bajo la óptica de intereses mezquinos, políticos y sociales de muchos de los actores; es lo que afirma el periodista-investigador-coaching, Andrés Barrios Rubio, en la columna de Pulzo.com que esta semana tituló «Patrañas» y amplía en el podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio mancillada ha quedado la Comisión de la Verdad con el evidente fraude testimonial que llevan a ella los actores de la historia colombiana. Feria del chantaje, incriminación a rivales políticos y sociales, es lo que reina en cada una de las diligencias de aquellos que dicen ser ejemplo de la ética, pero en el fondo son el vivo sentir de la podredumbre que circunda el poder de la nación. Miserable y ruin es el cinismo y actuar de adustos personajes que desde sus mentiras, chantajes y corrupción comprobada, a lo largo de los años, ahora posan de víctimas sin siquiera sonrojarse.
Preocupación invade la casa, de Nohora y los niños, con el pronunciamiento de los Rodríguez Orejuela desde la prisión en Estados Unidos, mar de verdades a medias, que tanto daño han causado al país, son los postulados que se asumen como propios y se posicionan en el imaginario colectivo en la reconstrucción del conflicto colombiano. En la carta difundida esta semana, por los medios de comunicación, los hermanos Rodríguez Orejuela encendieron nuevamente la llama de esas presuntas pruebas, casi comprobadas, de la conexidad de los carteles del narcotráfico con el auspicio de la política –roja y azul–, el fútbol, la industria, los medios y varios actores de la sociedad colombiana.