Complejo panorama circunda a Colombia, excesos de la fuerza pública, también un pésimo comportamiento de la marcha protestante, del colectivo que va a la calle funge de cordero manso, pero es el lobo feroz que intenta quemar policías vivos y acabar con la estabilidad democrática de la nación y comete múltiples actos de barbarie que llaman la atención de la comunidad nacional, pero pasan ocultos o en un segundo plano a los organismos multilaterales en América y Europa. Llamado a la calma es urgente, encontrar una salida política a lo que circunda en el país es prioritario de cara a una estabilidad y un futuro que se debe construir en medio de las vicisitudes que deja esta pandemia, es lo que afirma el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «Doble moral» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio ¡ni por el más, ni por el menos, por qué protestamos no sabemos! Grito popular que invade las calles raya lo absurdo y conduce al país a la inviabilidad política y fiscal. Acciones de los últimos días, lejos están del sagrado derecho a la libre expresión y la manifestación pública, organizaciones de vandalismo y crimen organizado que se han tomado la protesta ciudadana enciende las alarmas de la paz y clama por el respeto a la vida, desde cada uno de los bandos, en medio de la confrontación que se ha llevado a la calle. Puerta del diálogo, en el enmarañado momento que atraviesa el país, requiere de seres racionales dispuestos a asumir sus actos y adjudicarse su cuota de responsabilidad en el incendio que asfixia al colectivo social.

Complejo panorama se avizora con una Colombia que se doblega ante los bárbaros delincuentes, disfrazados de indignados, y los mitómanos y pirómanos políticos que dejan en evidencia su oportunismo y populismo en este momento. Salvajismo que se recrudece con el paso de los días deja en evidencia que se retomó el modelo del caos que tuvo su ebullición en noviembre de 2.019 y entró en tensa calma a consecuencia de la pandemia en el primer trimestre de 2.020. Sueño humanista, de quienes ahora fungen de próceres de un pacto histórico, que, apuesta por llevar a la fuerza al Palacio de Nariño al promotor de la patria boba moderna, atiza la polarización entre las ideologías extremas de izquierda y derecha.

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