Los estudiantes de las universidades públicas y privadas una vez más se dieron cita en las calles para protestar por una educación de calidad, el legítimo derecho a la protesta y contra los abusos de autoriodad. Escenario de manifestaciones y desmanes que sobrepasan los límites del respeto, hechos que son analizados por el Director del Departamento de Comunicación Social y Cinematografía de Utadeo, Andrés Barrios Rubio, en la columna «Sindérisis sobre la protesta estudiantil colombiana» en Pulzo.com y es ampliada en el podcast en los canales de Spotify o ITunes.
El PhD. Barrios Rubio afirma que las marchas dejan en evidencia una dicotomia entre una sana expresión popular frente a la seguridad y el orden jurídico y constitucional que se rompe con las acciones de «supuestos infiltrados» que desvirtúan el propósito e impacto que debería tener la expresión de las capas jóvenes de la población colombiana. La comunidad universitaria debe ser consciente que su ideal está distante de las intenciones sindicales de los integrantes de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia –CUT–, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación –Fecode– y demás grupos y sectores sociales que se sumaron a las manifestaciones en las calles del país.
Distante a las normas básicas de la convivencia ciudadana, se aprecia violencia y daños al entorno social conexos a grupos o colectivos alejados del respeto a la ley y la autoridad. La policía y el Esmad no se pueden constituir, como los insurgentes, en los peores enemigos de la protesta social; los estamentos de la fuerza pública están llamados a conservar el orden, proteger y garantizar la seguridad ciudadana de aquellos que dañan los bienes públicos y privados de los colombianos.