Complejo panorama el que acompaña a Colombia: Minga indígena queriendo hacerle juicio político al presidente, Fecode que no se cansa de evadir el trabajo y sus responsabilidades e ir a la calle, y una protesta como la del 21O que nuevamente trae a la calle a centrales trabajadora y estudiantes a exaltar el inconformismo ciudadano. Tradicional se ha vuelto que, el día 21 de cada mes, asalte la indignación social atizada y complejizada por fuerzas y corrientes políticas que, en interpuesta persona, llevan la gente a la calle para poder generar el panorama que quieren imponer desde el miedo y la instigación. El entorno devela un esfuerzo por no conservar las bases del estamento democrático y corresponder a la responsabilidad que le asiste a cada uno de los ciudadanos en la construcción de una recuperación que permita retomar una cultura económica, política y social de cara a lo que será el futuro, es lo que afirma el periodista, investigador y coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en su columna de Pulzo.com que esta semana tituló «En cuerpo ajeno» y amplía en el Podcast Panorama Digital.

Retorno a la nueva normalidad asume inconformismo social de la vieja cotidianidad, tradicional se ha vuelto que el día 21 de cada mes concurren en la calle actores del colectivo colombiano promoviendo el odio, atizando la polarización y sembrando el rencor en las capas más jóvenes del País. Protesta ciudadana se desdibuja en la infiltración política que se devela en medio de delgadas coincidencias que se pueden hilar de lo visto en los últimos días, oportunistas burgomaestres a la cacería de show en tarima que da visibilidad mediática; reproche escénico que personifica agentes que dramatizan el dolor, olvido y necesidad, pero orgullosos lucen boinas, camuflados, tapabocas y distintivos, nada ancestrales, que lejos de estigmatizar el movimiento indígena lo liga con la ideología socialista del siglo XXI. 

Asociación selectiva de circunstancias, en recurrentes paros nacionales, que quiere camuflar el verdadero objetivo desestabilizador, de sectores humanísticas, líderes alternativos, alianzas glaucas o social demócratas, en muestras de dignidad, resistencia y lucha de indígenas y estudiantes a la cara de Colombia y el mundo. Insensatez que concentra la mirada en un juicio político que quieren impulsar contra el Presidente de los colombianos, escenario de confrontación que sirva de gallardete para estructurar un programa de gobierno que encienda el partidor político de cara a 2.022. Desgaste emocional que agudiza la intolerancia que se hace viral en los escenarios sociales y raya el extremo con calificativos de ignorantes, brutos, tercos y ¡porquerías! Evidencia de la rabia e impotencia de los sectores poblacionales a punto de un estallido civil. 

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