Llega el 2021 con él alza en vivienda, alimentación, salud, educación y demás elementos del diario vivir del ciudadano, esos que se deben enfrentar con un incremento del 3.5% que decretó este 29 de diciembre el gobierno nacional, es lo que afirma en su columna semanal en Pulzo.com, «Políticamente incorrecto«, el periodista, investigador y coaching digital, Andrés Barrios Rubio. Un ambiente que declara inconformismo social por lo que viene ocurriendo, por tener una clara diferencia, clara injusticia, frente al salario que se ha asignado a los “honorables padres de la patria”, esos personajes que hacen gala de ausentismo, torpedear leyes, de ser unos mezquinos frente a la situación que vive el constituyente primario; elementos que llevan a pensar qué va a pasar de cara a las elecciones de 2022, carrera electoral que inicia en este 2021, y lleva a que el ciudadano deje la pérdida de memoria y empiece a cobrar en las urnas lo que hacen quienes se rasgan las vestiduras, pero hasta ahora tienen silencio absoluto. Tema de interés que se amplía en el podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio el aumento salarial de 5,12% a parlamentarios, bajo amparo constitucional, en medio de crisis económica, hace moralmente incorrecto fijar solo 3,5% al mínimo colombiano. Solapada firma de los decretos 1.779 y 1.780 del 24 de diciembre, por parte de la Presidencia de la República, es una vergüenza para los colombianos y el mundo. Mezquindad gubernamental en defensa acérrima del incremento, en la remuneración de los “honorables congresistas”, denota la repudiable mermelada que circula entre el ejecutivo y el legislativo en pro de minimizar el control político y buscar la aprobación de iniciativas en el parlamento.
Nuevo esguince a las propuestas de campaña por parte del mandatario no es más que el testimonio de la inoperancia, inexperiencia y flaco músculo de gestión en el poder que acompaña un cuatrienio que tiene más objeciones y dudas que aciertos. Clase política, para quien el concepto de la palabra ÉTICA se perdió hace muchos años, se escabulle entre los intereses partidistas y económicos que decantan el derrotero de lo que será la campaña de 2.022. Estupidez constante en el actuar procedimental del ejecutivo cimienta la senda discursiva que acompañará la polarización ideológica de caudillos, de las corrientes de izquierda, centro y derecha colombianas, de cara a las urnas.