No tener memoria, no reconocer la historia, condena a repetir cada uno de los errores del pasado, violencia enquistada en el territorio colombiano denota que falta como sociedad el conocer la verdad, el reconstruir la historia desde esa diatriba que deben contar cada uno de los actores de los grupos armados. Convergencia de quienes perpetraron los crímenes, quienes los ordenaron y quienes escondieron las evidencias de lo que realmente ocurrió, sin salida de polarización y de extremos, relevancia que se le quiere dar al testimonio de criminales que vienen a decir la verdad, “supuestamente”, para obtener alguna serie de beneficios dejando miles de dudas en el ambiente del colectivo social, es lo que firma el periodista, investigador y coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de Pulzo.com titulada «Incómoda verdad» y que se amplía en el podcast «Panorama Digital».
Para el PhD. Barrios Rubio, las tensiones sociales, polarización ideológica, templa los hilos sueltos de la verdad que tanta falta hace en la realidad de los colombianos; cabos sueltos desvirtuados por enemigos invisibles que se niegan a dejar atrás el conflicto más antiguo del continente. El discernir con argumentos, evidencia de las pruebas, queda al margen con la intimidación armada y el bullying social que atomiza la libertad de expresión, voces disonantes acallan el pluralismo conceptual que debe reinar en una democracia. Contexto comportamental del colectivo social de Colombia denota una estrategia de interacción cimentada en lo políticamente correcto, correlación marcada por la desconfianza y las ansias de venganza, contorno con señalamientos injuriosos y graves acusaciones que dejan la duda en el ambiente, pero jamás exhiben las pruebas que incriminan.
Delirios de persecución plagan las relaciones de los colombianos en cada una de las esferas sociales, campañas de estigmatización y desprestigio se esgrimen para evitar se develen los intríngulis del actuar político, económico y social conexo a intereses ocultos en la construcción del imaginario colectivo desde los medios de comunicación. Nefasto proceder que trae consigo profusión de cortinas de humo que desvían la atención de las malquerencias de caudillos, la odiosa corrupción, los problemas de orden público, la inseguridad, y demás flagelos sociales que ahora se acrecientan con la crisis económica y multiplicidad de necesidades que asaltan a la población.