Hambre de poder, aspiraciones oscuras, que han destapado jugaditas, ataques y señalamientos en los sectores de oposición develan lo que podría llegar a ser un mandato a través de ellos. Bajeza que tanto han criticado de la derecha, hoy los toma, hoy devela lo que puede ser al interior de un eventual gobierno de izquierda, un pensamiento sustentado en auspiciar el terrorismo, el poder desestabilizador de no aceptar lo que es el resultado de las urnas. Se está al frente de un entorno que preocupa para lo que puede venir en el devenir de los colombianos, contexto que llama a fijar la atención y prender las alarmas para tener medios de comunicación que estén al frente de cuestionar, confrontar, y pedir cuentas a cada uno de los actores en campaña; es lo que afirma en el periodista-investigador-coaching digital, Andrés Barrios Rubio, en la columna de opinión en Pulzo.com que esta semana tituló «Estulta ideología mamerta» y amplía en el podcast «Panorama Digital».

Para el PhD. Barrios Rubio la egolatría, delirio de persecución y ansias de poder despiertan odios y pasiones al interior del pacto histórico, calvario de fuego amigo que atomiza aspiraciones electorales. Inexplicable resultó para los sectores de izquierda, el señalamiento directo, de la administración distrital, a los íconos de la fuerza humana endilgándoles la polarización y radicalización de los jóvenes en la capital de la República. Secreto a voces, que carece de pruebas, llama a profundizar en la investigación de la presencia de mezquinos intereses políticos ocultos en los hechos de vandalismo que se hacen parte de la cotidianidad en zonas neurálgicas de la ciudad.

Estigmatización juvenil, perfectamente ganada por parte de la “primera línea” y un grueso componente de los migrantes, está asociada a la destrucción que desestabiliza, infunde temor, y funciona a grupos que captan núcleos urbanos; mantos poblacionales sin criterio que, por una miserable suma de dinero, asesinan y desmoronan la infraestructura de Bogotá con el costo que ello implica para los impuestos de la población. Patrocinio al caos, que partió del inconformismo ciudadano, invade el ambiente social y naturaliza el vandalismo que se emplea tras el argumento de exigir oportunidades y pedir resultados a quienes ejercen el gobierno local y nacional. Mesianismo que quieren encarnar en los referentes de lo que han llamado el pacto histórico poco a poco se desmitifica, salidas en falso en temas de trascendencia, lavada de manos al mejor estilo de Pilatos, y señalamientos de preocupantes procederes que los liga con acciones non sanctas, pulveriza un discurso retórico que necesita del show digital y la atención mediática para calar en la opinión pública, pese a sus incoherencias y desastres en el ejercicio del poder.

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